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AGOSTO 2021

YO GALENO, (SEGUNDA PARTE) POR LOLA GUTIERREZ

Manuel Torres Garcia Después de matar a Rafael Tello, el asesino de  Isabe l, me sentí satisfecho, reconfortado. Decidí seguir con mi vida en este pueblo en el que podía pasar totalmente desapercibido. Después de cargarme a Tello nunca pensé continuar, pero a veces el universo pone frente a uno situaciones donde no solo los árboles bonitos y derechos se alzan orgullosos. Desgraciadamente, hay miles de plantas torcidas que no merecen haber brotado. Ocurrió semanas más tarde. Una pelea de chicos hizo que cambiara de opinión. Tres adolescentes golpeaban a otro compañero, al tiempo que se burlaban de su físico. Los comentarios eran detestables, hirientes. El gordito se zafó como pudo, magullado, y echó a correr para refugiarse en un jardín vecino, ametrallado por las burlas y las risas de sus atacantes. Sentí tanta ira como pena. Tenía que poner fin a semejante atropello. Aquel trío de chulos, prototipo de delincuentes, merecía una lección. Comencé a seguirlos. Me había hecho un experto ob

REFLEXIONES DE ANDAR POR CASA: LA VOZ DE MI MADRE por MARIÁNGELES IBERNON

 

Photo by David Clode on Unsplash



Mi madre nos dejó demasiado pronto. Recuerdo su pelo rubio, sus ojos verdes, su piel suave, blanca como la nácar. La mujer de sonrisa constante, el centro de todo. Siempre ella, como un mar abierto inundado de agua fresca.

Photo by Alex Pasarelu on Unsplash


Después de su partida mi camino fue recto, podría haber cogido
el tren hacia el abismo, o caminar en círculos a ninguna parte,
pero, ¿Qué hubiese sido de mi casa, de mi cordura, de mí como
persona?

Mi madre era el lugar donde inventaron los sueños, a pesar de no haber podido compartir ninguno con ella, pero al llegar cada primavera, siento la fuerza del que un día me regaló.

A veces, al pasar página el episodio que te espera no es tan bonito como uno imagina.

Mi vida ha traído episodios de dolor, pero tengo entereza y
fuerza, herencia de una gran madre, para no morir en el intento de la superación.

Con los días aprendo que no existe capacidad humana que pueda
dañarme, y eso no me asombra. Las cosas que tienen solución no
duelen, se resuelven porque en eso consiste este juego del vivir.

Yo no recuerdo la voz de mi madre.
Y eso, eso... eso sí me duele.





Loca, enamorada de la vida y de su tierra murciana. Sus trabajos son como ella, en continuo aprendizaje y movimiento. Como un puzle compuesto de diversas piezas, en las que nunca falta la pasión, la energía, la inquietud, la creatividad y por supuesto la alegría.


Nos pondrá al día con sus “Reflexiones de Andar por Casa” libres y sin filtros. Como los niños mismamente.












Mariángeles Ibernón Valero. 

Gestora Cultural Infantil. Poeta.

@pompi_burbuja_8

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