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AGOSTO 2021

YO GALENO, (SEGUNDA PARTE) POR LOLA GUTIERREZ

Manuel Torres Garcia Después de matar a Rafael Tello, el asesino de  Isabe l, me sentí satisfecho, reconfortado. Decidí seguir con mi vida en este pueblo en el que podía pasar totalmente desapercibido. Después de cargarme a Tello nunca pensé continuar, pero a veces el universo pone frente a uno situaciones donde no solo los árboles bonitos y derechos se alzan orgullosos. Desgraciadamente, hay miles de plantas torcidas que no merecen haber brotado. Ocurrió semanas más tarde. Una pelea de chicos hizo que cambiara de opinión. Tres adolescentes golpeaban a otro compañero, al tiempo que se burlaban de su físico. Los comentarios eran detestables, hirientes. El gordito se zafó como pudo, magullado, y echó a correr para refugiarse en un jardín vecino, ametrallado por las burlas y las risas de sus atacantes. Sentí tanta ira como pena. Tenía que poner fin a semejante atropello. Aquel trío de chulos, prototipo de delincuentes, merecía una lección. Comencé a seguirlos. Me había hecho un experto ob

MUJERES Y NIÑAS, GRANDES VÍCTIMAS DEL RESURGIMIENTO TALIBÁN POR ENCARNI BELLO

 

Artista Afgana #SaamsiaHassani

Nuestra mirada es capaz de captar imágenes que siempre quedan grabadas en nuestra vida. 

Una SONRISA, un atardecer a la orilla del mediterráneo, hasta un recuerdo que no tiene forma física se puede anclar en nuestra retina como las gotas de lluvia que se funden cuando caen al mar. 

Quedan perennes en nuestra memoria y nos hacen revivir momentos dulces cuando los necesitamos. 

Los acontecimientos que está viviendo actualmente el pueblo afgano, tras el asalto de los talibanes a su territorio, me han traído también a la memoria una imagen que, por su dureza y crueldad, por mucho tiempo que pase, no podré borrar. 

Es la de una mujer sometida y lapidada públicamente, cuyo único delito cometido es el de haber nacido MUJER


Artista Afgana #SaamsiaHassani


Porque nacer mujer y vivir en un país como Afganistán, significa tener prohibido trabajar fuera del hogar o estudiar, y ser obligadas a vestir con un traje que les cubra todo el cuerpo, el burka, con una rejilla delante de los ojos para poder ver y, en algunas regiones, un burka blanco (color de la bandera); esta prenda era muy costosa y muchas mujeres debía, por ende, quedarse encerradas en su casa por no poder comprarla. 

Artista Afgana #SaamsiaHassani



Ni reír públicamente, ni montar en bicicleta, ni usar cosméticos, ni llevar colores vistosos, ni asomarse a balcones, ni participar en festejos. Si una mujer se pintaba las uñas, sus dedos eran cortados. 

A causa de estas represiones, el suicidio, generalmente quemándose vivas, era muy frecuente en las mujeres, hastiadas de soportar vejaciones. 
Artista Afgana #SaamsiaHassani


Esta es la realidad que padecieron las mujeres afganas sometidas a una ley islámica, la sharía, cuyo incumplimiento podría suponer para ellas castigos físicos que las llevarían hasta la muerte y que ahora, veinte años después, con el advenimiento de un nuevo régimen talibán en Afganistán, es lo que temen las mujeres que pueda volver a suceder, un nuevo recorte de derechos y libertades que afecta con más dureza y crueldad a las mujeres y a las niñas, las grandes víctimas del resurgimiento talibán. 


Artista Afgana #SaamsiaHassani


En el siglo XXI, la imagen de cientos de seres humanos, hombres, mujeres y niños, rodeando el perímetro del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul, nos hace pensar que algo no se está haciendo bien en un país que ya sufría una crisis humanitaria provocada por los efectos de la pandemia, las sequías y el conflicto armado recrudecido en los últimos meses y que pone aún más en peligro la frágil estabilidad social, económica y cultural en un país donde las mujeres han estado relegadas al ámbito del hogar, pero que gracias a asociaciones feministas como RAWA (Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán), que lleva luchando más de cuarenta años desde la clandestinidad, contra el fundamentalismo y la independencia de un país para alcanzar la igualdad en los derechos de las mujeres, se abre una puerta de esperanza que nunca se cerró totalmente, porque como dice Mariam Rawi (nombre ficticio por razones de seguridad), activista de RAWA que está viviendo en primera persona el conflicto:

 “La libertad está débil en Afganistán, pero nunca morirá. Hay esperanza y creo que, tras lo que hemos aprendido en los últimos veinte años y en el anterior gobierno de los talibanes, la resistencia y la esperanza son mucho más fuertes. Se necesitará tiempo para organizarse mejor, pero se abrirán nuevos caminos 

Esa es la imagen que quiero grabar en mi retina, la de la ESPERANZA y la lucha ejercida por las hijas de aquellas mujeres que fueron lapidadas injustamente por el hecho de haber nacido.


Encarni Bello
Comunicadora
@encarnibello













 


Las obras son de la artista afgana #SaamsiaHassani que ha llevado el arte a las calles de Afganistán a través del graffiti para hacerlo accesible a todos y para no olvidar los logros conseguidos, logros que les han vuelto a arrebatar.

Comentarios

  1. Horrible lo de Afganistan, como en tantos otros lugares del mundo. Buen articulo!!

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