En este artículo me interesa hablar sobre un tema que ocupa muchas horas de mi trabajo, es el daño cutáneo causado por la exposición prolongada a la luz solar.
El SOL es una gran fuente de energía que hace posible la vida en nuestro planeta, la acción de su radiación en el ser humano posee efectos que influyen en su salud.
A la superficie de la tierra llega una parte del amplio espectro de las radiaciones electromagnéticas, energía resplandeciente que se propaga en el espacio en todas direcciones.
Destacar que con los avances tecnológicos la radiación electromagnética artificial adquiere cada vez más protagonismo, sobre todo la luz azul presente en dispositivos electrónicos y lámparas.
Con los cambios de estación durante el año, la piel se ve expuesta a diferentes temperaturas e intensidades de los rayos solares que la afectan, no solo en primavera y verano.
Esta intensidad está regulada por la capa de ozono que actúa como un potente filtro de los rayos ultravioleta (UV) emitidos. En los años 20, Coco Chanel (diseñadora francesa) puso de moda la piel bronceada, hecho que impulsó tostarse al sol. Con los años se convirtió en un signo de salud y belleza.
HOY SE SABE QUE NO HAY BRONCEADO SALUDABLE
El oscurecimiento de la piel es causado por el aumento en la actividad del número de melanocitos, células que producen el pigmento marrón llamado melanina, mecanismo natural de protección ante el efecto dañino que produce la radiación ultravioleta.
Los tipos de radiación solar que alcanzan la superficie terrestre y causan efectos biológicos son:
Rayos infrarrojos (IR)
Luz visible Rayos ultravioleta A (UVA)
Rayos ultravioleta B (UVB)
Rayos ultravioleta C (UVC)
La mayoría de la radiación alcanza la tierra entre las 10 y las 16 hs.
Tanto los rayos UVA como los UVB dañan la piel, modifican el ADN de la célula y son responsables de eritema solar (enrojecimiento) a corto plazo y daños mayores a largo plazo.
Producen fotoenvejecimiento,
inmunosupresión y fotocarcinogénesis.
Envejecimiento acelerado que produce daños celulares y estructurales. Arrugas finas, pigmentación irregular, lentigos, tez amarillenta, áspera y engrosada, flacidez entre otros.
La nieve refleja hasta el 80% de los rayos UV, el agua un 25% aún sumergido a 60 cm de profundidad y la arena hasta un 15%. Por todo lo dicho y más que compartiré en el artículo de la próxima edición sugiero aplicar diariamente fotoprotección.
Primera aplicación en la mañana y repetirlo en la tarde dependiendo del nivel de exposición.
¡La belleza de la piel comienza por su salud!!!
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María Inés Daudet Cosmetóloga Esteticista Carmelo Uruguay |
Excelente explicación, no podía ser de otra manera de una gran profesional.
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