No hay nada más frustrante que sentirse mal físicamente, ir al médico y que te digan: “todo está bien”, “todo está en tu cabeza”, o “posiblemente sea estrés”.
Esto es algo que viven miles de personas a diario, y que a medida que los síntomas empeoran, más visitas médicas realizan; muchas veces sin encontrar la respuesta que andan buscando ni la solución a sus problemas. Esto es lo que lo llamo el “círculo de prueba y error” pues es donde inicia una intensa búsqueda de soluciones que puede durar una eternidad si no se busca en el lugar adecuado.
La pregunta aquí sería,
¿Por qué no me encuentran nada si me siento mal?
La respuesta más sencilla es porque técnicamente quizá “no tienes nada malo”, porque la medicina convencional trabaja sobre la enfermedad, es decir sobre algo que ya es un hecho, y no trabaja antes de que se presente completamente la enfermedad, aun cuando ya se estén presentando los síntomas. O puesto de otra forma: aún no estás lo suficientemente enferma como para que sea detectado por la medicina.
La enfermedad usualmente es diagnosticada con base en analíticas o laboratorios de sangre. Los rangos de laboratorio convencionales fueron elaborados únicamente para detectar la enfermedad, de manera tal que técnicamente tú solo estás enferma cuando estás fuera de ese rango y si estás dentro del rango, se supone que todo debe estar bien internamente.
Lamentablemente esto no es así, pues la enfermedad no es una simple línea que se cruza y que de un lado es salud y del otro está la enfermedad; es más bien una franja gruesa y dentro de esa franja se empiezan a manifestar las primeras señales de que algo no anda bien. Cuando el malestar físico se manifiesta hace ya mucho tiempo que el proceso de disfunción en el cuerpo ha iniciado, y el síntoma es lo último en aparecer.
Los rangos normales de laboratorio son elaborados para detectar la enfermedad manifestada, y no para detectar esa franja que muestra ya el inicio del problema o de la disfunción en el cuerpo. Esta es la principal razón por la que te puedes sentir mal aunque todo esté bien en el papel, pero los seres humanos somos mucho más que un número y por eso en nutrición funcional hablamos de rangos óptimos, que son rangos elaborados con base en lo que se consideran las funciones óptimas o ideales del cuerpo. De esta forma se puede detectar un patrón antes de que se manifieste el problema para corregir preventivamente sin necesidad de esperar a que se presente el síntoma.
En nutrición funcional se trabaja preventivamente porque se entiende que la salud es mucho más que ausencia de síntomas.
En un modelo de salud óptima se trabaja para llevar las funciones a rangos óptimos mediante protocolos nutricionales para llevar al cuerpo a la homeostasis y mediante esta forma de trabajar se pueden detectar cosas tan profundas como:
Deficiencias Nutricionales
Inflamación Digestiva
Infecciones Crónicas
Disfunción del Hígado
Sensibilidades Medioambientales
Posibles infecciones y mucho más.
El Modelo de Salud Óptima no diagnostica, simplemente le da a tu cuerpo lo que necesita nutricionalmente para que cada célula, cada tejido, cada órgano cada sistema del cuerpo funcione eficientemente.
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Anouk Domínguez
Especialista en Nutrición Funcional
@anoukdominguez
Pais, Holanda |
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