Cuando los bebés inician la alimentación complementaria, muchas veces se recomienda que inicien con cereales (de los cuales, si son en papilla, no soy muy partidaria a ofrecer), pero normalmente no se comenta cómo tienen que ser estos cereales.
Y es que, uno de los principales cambies que observaréis en vuestro bebé al iniciar la alimentación es que sus heces van a cambiar de consistencia, más sólidas.
Entonces, ¿puedo ofrecerle cereales integrales?
Sí y es que, no solamente es que los cereales integrales sean más saludables, sino que también ayudaremos a que el bebé no sufra de gases ni restriñimiento, posiblemente causados por el cambio de consistencia de las heces.
¿Cómo podemos ofrecer los cereales integrales?
Se pueden incorporar des del mismo momento que iniciamos con la alimentación complementaria, a partir de los 6 meses aproximadamente según el desarrollo del bebé (este es un tema que me gustaría abarcar en un siguiente artículo).
Se puede ofrecer tanto dentro de los purés (si realizamos alimentación con triturados) o en forma de bolitas (en el caso del arroz) o con pasta de grandes medidas (espirales grandes, por ejemplo), adaptando la textura para una mejor aceptación. También podemos ofrecerle el pan integral en rodajas o picos, o avena en copos o en polvo como gachas o “porridge”.
¿Qué otros beneficios le aportan los cereales integrales a nuestro bebé?
Cuando un cereal pasa por un proceso de refinado, este pierde el salvado (la parte con más fibra del cereal) y el germen (rico en ácido fólico, vitamina E y B, fósforo, zinc y magnesio), haciendo que este cereal sea de menor valor nutricional que su forma integral.
Además de mejorar la salud intestinal evitando los gases y restriñimiento, se ha observado que el consumo habitual de cereales también mejora la salud cardiovascular y disminuye el riesgo de sufrir Diabetes tipo 2, entre otros beneficios.
¡Todos estos beneficios comentados durante el artículo también son aplicables a las personas adultas!
¿Cómo incorporamos estos cereales en nuestro día a día?
Antes de vaciar la despensa y tirar todos los productos que tengáis en casa (no tenemos que ser tan impulsivos), podéis realizar esta incorporación poco a poco.
Cuando vayáis necesitando estos productos, los vais comprando poco a poco. De este modo, no fomentamos el despilfarro alimentario, ahorramos dinero y nos adaptamos mejor a los nuevos cambios.
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Claudia Villatoro
Dietista-Nutricionista
@claudi_vp |
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